Quiero hablaros de lunares, cultura y negocio!
Matriz productiva, complejos y desarrollo económico.
¿No
estaremos equivocados? Nos metimos en ese traje de cortes rectos, ¿por el
complejo de alguien, por nuestro complejo o por ciegos?
Cuando
viajaba a mercados internacionales promocionando y abriendo la comercialización
de nuestras producciones agroalimentarias de calidad nos afanábamos en defender
y en describir con lujo de detalles la alta calidad y sistemas de certificación
de nuestros productos españoles, queríamos parecer serios y formales. Yo iba
vestida con sobrios e impolutos trajes oscuros de chaqueta y pantalón con camisa clara que marcaban el andrógino estilismo comercial. Entonces el
alemán me miraba y me preguntaba por la paella, la playa, el sol, la sangría y
el flamenco y nosotros molestos seguíamos argumentando por los sistemas y
procesos certificados de nuestros productos, era la única española en la misión
que hablaba inglés, además era morena y mujer, su mirada caía en mí en varias
ocasiones. Él, me imagino, era capaz de imaginarme con un traje de flamenca bailando y tomando el sol. Entonces yo me molestaba y me ponía aún más seria e
incrementaba el tono y firmeza de los atributos de calidad y los sistemas tecnológicos de nuestras producciones agroalimentarias.
Yo entonces, veía las cosas a través de esos cristales. Hoy en día utilizo otros cristales y ya no uso trajes de hombre para corresponder a la etiqueta que aún persiste en ese mundo de negocios. Trabajaba sobre planificación estratégica, que hemos comprobado en la última década, las grandes incongruencias de nuestra economía y política. Porque, aunque duela, la planificación estratégica ha fallado; salvo que las grandes crisis, las guerras, el desplome de los valores, y la burbuja especulativa internacional haya sido algo que estuviese planificado estratégicamente.
Pero no voy a hablar de esto ahora, quiero hablar de lunares y negocio.
El Complejo de Ser Español
No logramos interpretar lo que el mercado busca en
España y tampoco logramos entender que nosotros tenemos un bloqueo emocional: el complejo de ser español.
Nosotros mismos hemos aceptado la etiqueta de vagos
y huimos del estereotipo de nuestro propio estilo de vida, que es único: que es
gozar, fiesta, la familia, amigos. ¿Quién nos habrá dicho que nuestro arte es
un pecado? Nos lo debemos haber creído.¿Nuestras tradiciones, nuestra arquitectura, nuestra cultura no tiene
valor? ¿Sólo tiene valor aquello que cuenta con una norma internacional de
certificación?
Eso desde la vertiente de Business es estar ciego, ya
que cuando tienes un valor y producto único, no hay que inventar nada. Es aprovechar
el océano azul de la cultura española, hacer que brille y ponerla en el sitio
que le corresponde.
Desde que me convertí en Bitrix veo con otros ojos.
¿Cuál es la Matriz Productiva de nuestro país?
¿Hemos experimentado
los españoles incremento de riqueza y bienestar tras las políticas de
producción, tecnología e industrialización de los últimos 10 años?
Hemos construido Polígonos Industriales en todos los
municipios, pero, o están vacíos o sirven de especulación. Sin
embargo, cerramos los teatros, no reforzamos los modelos de enseñanza en las
artes y preferimos ir al psicólogo que ir a una clase de danza. Nos olvidamos que nuestra balanza comercial, está compensada por el ingreso vía turismo y no somos capaces de ofrecer y completar la oferta turística con aquello que los turistas desean: vivir experiencias en España.
Por ello, la línea que han seguido nuestros líderes políticos nos han empobrecido en buena parte.
Se han promovido inversiones en
tangibles, como parques industriales, organizaciones triple hélice, I+D+i, pero se
han cerrado teatros y escuelas de música porque eran caras de mantener y eso de la cultura y el ocio "no da de comer". Hemos mal-copiado los modelos
de Occidente, EEUU y del Norte de Europa, en vez de haber aprovechado nuestros propios talentos y valores.
Es decir, nos lo hemos inventado y hemos intentado inculcar una nueva cultura en España. Esto
además de requerir un esfuerzo grandioso, ha provocado un sentimiento de culpa muy fuerte.
Nos avergonzarnos de ser españoles. Nuestro
pecado es el de la arrogancia. Hemos querido dividir las cosas, las casas,
España en cachitos para sentirnos diferentes, superiores, por encima de todos
los demás.
Los valores más deseados que cualquier ser verdaderamente inteligente desea son: la felicidad, la cultura, la gracia, la belleza, la
plenitud, la consciencia, la familia, la estirpe, la universalidad, las risas de alegría y de pena, y la pasión. Todas estas y más las tiene España y son deseables y son compartibles y son monitorizables y paquetizables y pueden enriquecer de forma genuina la riqueza de nuestro país.
Los guiris quieren ser españoles. Quieren que les
rocemos, quieren impregnarse de nosotros.
¿Por qué alguien viene a España?
Seguramente no para comprarse el coche más seguro del mundo, eso ya se puede
hacer en cualquier sitio del planeta. Vienen a tener experiencias que sólo puede experimentar en nuestro país: plenitud, humanidad, sol&playa, gastronomía, hacer una inmersión de bar español entre voces y risas de personas alegres, envolverse en los
bullicios de las calles, quieren que les toquemos, que les rocemos.
Los guiris quieren bailar flamenco y
como nosotros no lo hemos entendido, ellos han optado por venir a aprender y llevárselo a
sus países: japoneses, chinos, argentinos, etc. Nosotros no hemos sabido ver que
cuando llegan a nuestro país, escuchan flamenco y suben los brazos, lo hacen
porque les sonríe su espíritu y se sienten palomas, les sonríe el alma a la española seguramente por
primera vez en su vida, seguramente, se sienten libres durante ese instante que
se convierte en único para ellos, quieren tener un tono tostado en su piel,
quieren sentir el calor de la gente agolpándose para ver un encierro en San
Fermín, quieren ser españoles.
En España no es el vino, es cómo nos bebemos el vino. Yo sé quién les puede enseñar ustedes a beber un vaso de vino con el arte y la gracia como lo hacemos en España.
El gran valor de España es el Flamenco
Cuando me secuestraron en Tanzania, su
embajador entendió que querríamos volver a España. Gracias a que dije que yo NO iba a abandonar los proyectos en los que estaba involucrada en Malawi, tuve la ocasión de
experimentar algo que me cambió mi forma de ver. Creía que con mi cv y mi experiencia
internacional no tendría ningún problema en trabajar en cualquier institución
internacional mientras se resolvía el problema de mis seguros. Cuando la cónsul
de Malawi revisó mi cv vino a decirme: “Beatriz en cualquier lugar del mundo
das una patada a una piedra y salen, especialistas en Mercado Internacional,
Project Manager, pero no hay nadie hoy en día en Malawi que baile Flamenco y Ballet Clásico.
En la cuarta página de tu resumen profesional, en el último párrafo “otros
datos” lo mencionas, mañana mismo estarías dando clases” y efectivamente ingresé
en el colegio BMISH International de Malawi, allí dabar clases a los
hijos de las grandes personalidades del
país. En sólo dos horas de trabajo a la semana ganaba cinco veces más que lo que ganaba el
médico de mayor rango del área hospitalaria en donde
desarrollaba los proyectos.
Creo que nuestro mayor contribución a
la vida de los hombres no han sido sólo nuestros descubrimientos sino ha sido nuestra cultura, nuestros
valores engarzados a la cultura, nuestra forma de experimentar las cosas y me
van a permitir nuestro FLAMENCO que es todo, como dice mi hermana Mónica Tello.
Ese arte singular y esa forma de concebir la vida, de bebernos
un café en la barra de un bar, bailar un fandango en zapatillas de casa
mientras tendemos la ropa, el arte de calentarse las manos con el toque de las
palmas al flamenco, el de vestirnos de mujer española, de flamenca y hacer que la música se enrede
en nuestros flecos.
Y eso y más no hemos tenido ni el
arte, ni la inteligencia ni la generosidad de empaquetarlo y ofrecerlo al mundo. Ese arte es capaz de llenar de verdad la vida de las gentes. Que un país como España no lo haga yo lo denomino tener fallos en la visión de negocio, tener complejos como
país y tener una grandiosa desviación en la matriz productiva.